jueves, 28 de noviembre de 2013

¡Hola queridos amigos! (a los dos o tres que me siguen):

Sé que hacía tiempo que no publicaba nada. He estado ocupado con mucho trabajo y la rehabilitación. Mi jefa me cruje a currar y tras la crítica constructiva a los culebrones patrios, decidió tomarse la justicia por su mano; y tiene una mano muy grande (y peluda).

Cambiando de tercio: ¿queréis saber la última de mis compis? El otro día estaban hablando de la depilación láser. Me dio la risa tonta y tuve que salir del despacho. ¿Depilación láser? ¡Por Dios! ¡Para acabar con esos pelos se necesitaría napalm! O si tanto les gusta el láser, uno de esos que se usan para tallar diamantes. Como remedio casero, creo que una vez le oí decir a una que se rasuraba con un hacha bien afilada, para que os hagáis una idea, las piernas de mi jefa a los días de la última depilación:

A esta la obligan a bañarse con neopreno en la piscina de la comunidad.


Como llevo tiempo sin escribir, os tengo que contar otro curioso suceso. Ocurrió un par de días más tarde de la conversación acerca de la depilación. La jefa se trajo a su sobrina a la oficina (creo que pretende enchufarla). Nada más verla, me sorprendí, no era un horror, como su tía. Era una muchacha de estatura media, atractiva figura y rostro agradable. Mi fe en los milagros de la genética aumentó en gran medida; ¿cómo podían compartir genes aquellos dos seres? No era la tía más buena del mundo, pero no estaba mal, y por descontado, mi jefa hace bellos a los orcos de Mordor. La mandamás tenía especial interés en que me fuera a tomar algo con su sobrinita. Ya me empezó a oler mal, además, saben que estoy comprometido. El caso, que para una vez que me da tiempo libre... nos fuimos a tomar un café, y la chica era hasta agradable, no como su tía, que una vez fue a pedir fuego a un gitano y este le dio hasta la cartera. El caso: de vuelta a la oficina, mientras estábamos en el ascensor, la tía le dio al botón de stop y el ascensor se paró. Me empujó contra la pared, se desabrochó la blusa, y me mira insinuante. Yo pensaba: "sujétate, Chacho,  que la lías, que tú siempre has sido un tío fiel. Además esto puede ser una trampa de la jefa para hundirte en la miseria." De repente, va la tipa y se levanta la blusa; no llevaba sujetador. Lo que vi era el auténtico antídoto de la lujuria, una visión capaz de dejar la libido de un adolescente pareja a la de un eunuco, de quitar el hambre a Carpanta, la razón de que muchos hombres se hagan gays, se metan a curas o se amputen los genitales. Nervioso, saqué la cámara e inmortalicé la escena para ofrecérosla a todos vosotros:

Digan lo que digan, los pelos del culo abrigan.


Agradable, ¿eh? Y porque he recortado la foto. Tenía los pezones como dos rodajas de chope con un matojo de pelos del grosor del alambre de espino, con estos pelos fabrican las concertinas de Melilla. Te da un tetazas y te provoca unas laceraciones que ríete tú de la película "La Pasión de Cristo". Prefiero el zarpazo de un tigre. 
En fin, que puse el ascensor en marcha y salí corriendo de allí. Los dos hicimos como si no hubiera pasado nada. Ya decía yo que las teorías de Mendel no podían echarse abajo tan fácilmente. 

En fin, no voy a escribir más porque hoy es día de acción de gracias y todos mis lectores del otro lado del charco tendrán que preparar la cena. Yo solo os digo una cosa, cuidado con los pavos, algún día se vengarán, y algunos están muy bien armados. Donde las dan...

Si te viola este pavo, a comer los garbanzos unidos por un hilo a partir de ahora.

Y de propina, un temazo dedicado a mis queridos americanos de los EUA:




Happy Thanksgiving Day pals!












domingo, 10 de noviembre de 2013

Temazo

Hoy me apetece compartir con vosotros un temazo: "Tengo una rana, metida en una lata", de Ilegales. A disfrutar de su profunda letra y su elaborada melodía.

Tengo una rana metida en una lata,
quisiera presentártela pero nunca habla.

Hay una mujer muy gorda en la Calle Ballesta,
el que tropieza con ella es buen chico pero bebe.

Mezclas las drogas con el alcohol,
hierve la sangre en tu corazón.

Mezclas las drogas con el alcohol,
hierve la sangre en tu corazón.

He dibujado una gallina con pico y cresta,
y muchos colores pero no pone huevos.

Tengo una rana gorda que parece una gallina
la solté por la calle, es buena dicha pero bebe.

Mezclas las drogas con el alcohol
hierve la sangre en tu corazón.





Abrazos, bloguers.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Culebrones venezolanos VS culebrones españoles

Escribiendo la entrada anterior, me ha venido a la cabeza esta idea: ¿por qué los culebrones españoles son peores que los venezolanos? ¿es el guión? ¿el nivel interpretativo de sus actores? ¿Es porque, como buen español, no aprecio una mierda lo mío y me gusta más lo de los demás? ¡NO! Mi opinión está totalmente justificada, y para que me entendáis, pongo un par de instantáneas. Adivinad qué actriz es española y cuál venezolana:


Pura belleza.

Pura certeza... de que no mantendría relaciones con esta ni por e-mail.

Joder, es que cuando no te quedaba más remedio que aguantar un culebrón en la TV, porque tu abuela o las marujas del gimnasio, te obligaban a verlo, desconectabas el oído y disfrutabas de las vistas. Pero, ¿ahora? ¿qué nos queda? Maldita sea, me dan ganas de pegarme un tiro. En el gimnasio la monitora deja telecinco y los culebrones porque las marujas enfurecidas le dan más miedo que los agresivos porteros de discoteca ciclados hasta las orejas. He tenido que dejar de hacer ejercicio aeróbico y me estoy poniendo fondón por su culpa. Me cambiaré de gimnasio.

Por cierto, para que no me tachen de machista, dejo un ejemplo de actores de culebrones. Aunque en este caso, el macho ibérico gana de calle. Queridas lectoras, opinad:

Auténtico macho alfa, elegante, sofisticado, varonil.

Niñato con cara afeminada, músculos grandes para ocultar sus complejos.

Qué tengáis una feliz tarde.

Y seguimos con las compañeras

Buenas tardes, pichurris:

Sé que el tema es recurrente, pero necesito desahogarme. Las compis me han dado una comidita que se me ha quitado el hambre. Que si en el Top Chef  han echado a no sé quien, que si en El tiempo entre costuras ha muerto un fulano que era un cabronazo, etc. Con ese título deduzco que es un culebrón de estos made in Spain. Y claro, yo asqueado, víctima de la marginación laboral, he protestado:

"Me siento un margi, no sé de qué habláis."

Entonces, mi bella y esbelta jefa (nótese la ironía) me pregunta:

"¿Y tú que ves por la tele, Chacho?"

"Las noticias y algún partido de fútbol, no veo la TV prácticamente, la programación es una mierda, no dan más que basura, sobre todo en Telecinco. " Respondí sin pensar, con gran provocación implícita, pero casual.

Al momento, se pusieron todas en pie, una sacó una foto de Belén Esteban y otra, con la cara desencajada gritó:

"Jorge Javier es el puto amo. "

Toda mi vida pasó por delante de mis ojos en un segundo, bueno, realmente solo lo más importante, que un segundo no da para tanto: mi primera relación sexual, la segunda... bueno, la segunda no (iba muy borracho y no me acuerdo de nada, y por lo que me han contado, mejor), la tercera... así hasta la última, con alguna celebración Champions League. Entonces, estuve agudo y desvié el tema:

"¡Me gusta coger setas!". Exclamé.

Se calmaron de inmediato, la rabia se convirtió en dulzura y las caras de odio en sonrisas tontas. Claro, no me percaté de que ninguna conoce varón, porque son tan feas que hacen llorar a las cebollas. Al coco y al hombre del saco, de pequeños, les decían que mis compañeras se escondían en su armario y debajo de su cama para asustarlos.

"Hablo de las de comer, es decir, hongos, pero no de los que tenéis ahí vosotras, si no de los que crecen en el suelo." De nuevo, no medí mis palabras y tuve que echar a correr.

Menos mal que estoy en forma, y llegué a mi coche antes de que me pillaran. No me gustaría volver al hospital. Me gustaría verlas en Spinning. Creo que solo van a ver tíos cachas.

Mis compas persiguiéndome. ¿Acojonan o no?

En bikini mucho más, lo sé.

Feliz tarde, malandrines.